La
película titulada “La vuelta al mundo en 80 días” es fabulosa para los que
disfrutan con las aventuras. ¡Así es! Los personajes, basados en la obra del
escritor Julio Verne, viven vertiginosas peripecias de principio a fin.
Entre
ellos quiero destacar a Phileas Fogg, un joven apasionado por la
Ciencia que vive para abrir las puertas al Progreso.
Efectivamente, el señor Fogg es un gran observador, riguroso en sus cálculos y
con gran afán por demostrar que todavía
queda mucho por inventar. Desgraciadamente, esto último le lleva a ser
considerado por los científicos de su época como un auténtico chalado. Para
demostrar sus dotes científicas, apuesta con el presidente de la Real Academia de las Ciencias
que es capaz de circunnavegar el mundo en 80 días.
Por
otro lado, me han dejado boquiabierta lo maniático que es y cómo
ordena su vida cotidiana en torno a innumerables normas. Además, me han
cautivado su sentido del deber, sus educadas maneras y su exquisito vocabulario.
Sin
embargo, me ha entristecido lo ingenuo que es a lo largo de toda la película. Pienso
que quizás sea porque nuestro protagonista nunca ha salido de su Londres natal. Es más, como
vive continuamente enfrascado en sus descubrimientos, no conoce el verdadero
mundo real, donde la astucia y la picardía están a la orden del día.
Pero… lo que más me ha conquistado de Mr. Fogg
es que, a lo largo del viaje, su tenacidad le hace vencer sus miedos y arriesga
su vida por aquello en lo que cree.
Os recomiendo
esta película porque con Phileas Fogg no hay lugar para el aburrimiento. ¡Lanzaos
a la aventura!
No hay comentarios:
Publicar un comentario