30 octubre, 2012

El retrato y el autorretrato



La descripción de una persona: el retrato y el autorretrato

Describir es expresar con palabras las características más reseñables de una persona, animal, objeto, paisaje, situación,..., tal y como si el lector lo tuviera delante y lo estuviera percibiendo con sus propios sentidos, ya que la función de la descripción es provocar en el lector una impresión similar  a la que tiene el autor.

Los rasgos que pueden aparecer en la descripción de una persona son los siguientes:
  • Rasgos físicos
  • Rasgos de personalidad
    • Carácter
    • Gustos o aficiones
    • Hábitos
    • Habilidades
  • Rasgos familiares
  • Rasgos que expresan los sentimientos u opiniones que el personaje produce en el autor

Al describir, el autor hace uso de todos sus sentidos para recopilar información, gracias a la observación minuciosa de la persona. Es decir, puede utilizar la vista, el olfato, el oído, el tacto,... Además de esto, puede expresar los sentimientos que le afloran al pensar en el protagonista de la descripción. No obstante, se deben seleccionar los rasgos más reseñables. A continuación, es necesario ordenar dichos rasgos con sentido. Esta organización la elegirá el autor teniendo en cuenta sus propios criterios, pero sin olvidar que tiene que tener una lógica, un porqué.

Pasos previos a seguir en la elaboración de una descripción:

  1. Observación minuciosa de la persona (gracias a todos los sentidos y sentimientos del autor)
  2. Recogida de datos a través de una “lluvia de ideas”
  3. Selección de los rasgos más reseñables.
  4. Organización y orden específico de los rasgos elegidos, siguiendo un criterio coherente.
  5. Repaso minucioso del trabajo realizado.



No hay comentarios:

Publicar un comentario